El póquer no es sólo un pasatiempo entretenido; es un juego que ofrece la posibilidad de ganar dinero. Algunos podrían preguntarse por qué consideraríamos una fórmula sobre el punto de equilibrio, especialmente cuando nuestro objetivo final es el beneficio. Sin embargo, comprender cómo determinadas jugadas pueden llevarnos a alcanzar el punto de equilibrio es crucial. Constituye un punto de referencia para la toma de decisiones y la planificación. Si una jugada concreta nos permite llegar al punto de equilibrio (es decir, el Valor Esperado es cero), podemos predecir pérdidas si la jugada funciona menos, y beneficios si funciona más.
Una fórmula sencilla de utilizar es
% de equilibrio = $ Riesgo/($ Riesgo + $ Recompensa)
Aquí, $ Riesgo representa el tamaño de la apuesta, mientras que $ Recompensa significa el tamaño objetivo del bote antes de la apuesta. Por ejemplo, supongamos un bote de 30 $ antes de apostar, con apuestas posibles de 10 $, 20 $ o 30 $.
Con una apuesta de 10 $ en un bote de 30 $, el porcentaje de equilibrio es del 25%. Esto significa que alcanzaremos el punto de equilibrio si tenemos éxito una de cada cuatro veces. Una apuesta de 20 $ da un porcentaje de equilibrio del 40%, mientras que una apuesta de 30 $ resulta en un porcentaje de equilibrio del 50%.
En el póquer, el “punto de equilibrio” suele referirse al punto en el que una jugada o decisión ni hace ni hace perder dinero a largo plazo. Un jugador puede decir que está “en el punto de equilibrio” en una muestra de manos si no ha ganado ni perdido dinero en esa muestra.
Otro concepto relacionado es el de las probabilidades del bote, que ayuda a determinar si una llamada es rentable en función del tamaño actual del bote y de la cantidad que necesitas llamar. Si las probabilidades de completar tu mano son mejores que las probabilidades de bote ofrecidas, entonces es rentable pedir.
Sin embargo, las decisiones en el póquer no siempre se basan únicamente en las probabilidades inmediatas del bote y en los cálculos del umbral de rentabilidad. Factores como las probabilidades implícitas, las acciones futuras esperadas de los oponentes, el tamaño de las pilas, las consideraciones del torneo y la dinámica de la mesa también pueden influir en las decisiones.
Los porcentajes de equilibrio nos permiten realizar faroles, independientemente de nuestras cartas, midiendo las expectativas de retirarse de los rivales en relación con el porcentaje de equilibrio. Si la expectativa de retirarse del rival supera el porcentaje de equilibrio, tenemos una estrategia rentable. Un farol acertado funciona lo bastante a menudo como para generar beneficios. Por ejemplo, una apuesta de 5 $ en un bote de 20 $ tiene un porcentaje de equilibrio del 20% y es rentable si el rival se retira el 25% de las veces. Cuanto mayor sea nuestra estimación de la frecuencia con la que se retira el adversario, más debemos apuntarnos un farol y encontrar un tamaño de apuesta adecuado. Seguir regularmente los porcentajes de equilibrio nos ayuda a ganar botes incluso con cartas que no justifican una apuesta por sí solas.