Comprender la Equidad de Repliegue en el Póquer
Fold Equity, crucial en el póquer, no es exclusivo de los jugadores experimentados. Todo el mundo aprende a ritmos y métodos diferentes, y absorbe los nuevos conceptos con mayor o menor facilidad. De ahí que la introducción de distintos elementos del juego no necesite una secuencia estricta. En pocas palabras, la Equidad de Repliegue consiste en ganar equidad adicional cuando creemos que nuestro oponente podría retirarse a nuestra apuesta o subida. Esta noción tiene un peso considerable, ya que es relevante en todas las situaciones de apuesta. Ganar un bote depende de tener una mano superior en la confrontación o de que el rival se retire a nuestra apuesta. Nota: La Equidad de Retirada no tiene que ver con la fuerza de nuestra mano. En los casos en los que ganar con la fuerza de la mano no es viable, este concepto surge para expulsar a oponentes que, de otro modo, podrían ganarnos.
Los jugadores estratégicos utilizan la Equidad de Repliegue con eficacia para transformar situaciones aparentemente negativas en positivas. No renuncian pasivamente en escenarios que muchos podrían atribuir a una típica racha de cartas, como detenerse en el River tras perder un empate. En lugar de eso, lo perciben como una oportunidad de reclamar las fichas de mitad de mesa a pesar de todo.
Un ejemplo práctico
Supongamos que nos reparten KsQs y, después de que un rival competente iguale nuestra subida pre-flop, apostamos cuando el Flop muestra As9h5s, y de nuevo en el Turn 7c. Pero, cuando llega el 2c en el River, fallamos el board. ¿Y ahora qué? Un camino consiste en no hacer nada, con la remota esperanza de que nuestra K-alta gane en el showdown – seguro, pero probablemente inútil. Alternativamente, apostar, dado que hemos representado sistemáticamente una mano fuerte, ofrece una ruta viable hacia la victoria. Este planteamiento exige una narrativa creíble. Al evaluar la situación, también hay que tener en cuenta factores como haber mostrado anteriormente manos fuertes o darse cuenta de que nuestro oponente tiende a hacer “buenas” retiradas, persecuciones o puede tener un rango que incluya factiblemente una mano menor.
Aplicar la Equidad de Repliegue exige tener en cuenta los elementos relevantes y apostar en consecuencia. Si nuestro adversario parece relativamente débil, puede bastar con una apuesta modesta pero “confiada”. Si se ha comprometido con una mano robusta pero no abrumadoramente fuerte, puede ser necesaria una apuesta de 2/3 del bote o incluso un empujón.
Comprender la Equidad del Plegado no es sencillo, y la familiaridad sin duda ayuda a atravesar las típicamente turbias aguas del póquer. Es fundamental reconocer que cuando nuestra mano tiene pocas o ninguna posibilidad de ganar un bote, nuestra única oportunidad consiste en aprovechar la Ventaja apostando o subiendo.
Te deseo suerte y que disfrutes en tu viaje por el póquer.