Posición, Posición, Posición es fundamental en el póquer, del mismo modo que la ubicación es crucial a la hora de elegir una propiedad. A medida que ganamos experiencia, a menudo le damos prioridad, ¡incluso por encima de factores vitales como el valor real de nuestra mano! El cumplimiento estricto de las consideraciones posicionales se convierte en un imperativo para cualquier aspirante a jugador de póquer online de éxito, guiando su enfoque hacia una estrategia óptima mediante el aprovechamiento de la sabiduría convencional probada. Sin embargo, el póquer, como la vida, tiene sus complejidades. Las circunstancias no siempre se alinean como se esperaba, especialmente dada la complejidad inherente al póquer online. Merece la pena conocer de antemano muchas situaciones especiales, lejos de la mesa, para que no nos pillen desprevenidos ni nos encontremos reinventando la rueda. En particular, resulta esencial comprender la importancia de la posición -o, a veces, de estar fuera de posición- durante una subida pre-flop y una posterior apuesta de continuación cuando tres o más jugadores ven el Flop. Este escenario, que se da a menudo, puede parecer contraintuitivo en un principio y, por tanto, merece una consideración atenta. A pesar de que la posición es primordial y merece el máximo respeto en la toma de decisiones, la mayoría de los jugadores creen intrínsecamente que siempre es vital tenerla, sin reflexionar más sobre cualquier circunstancia aparentemente extraña.
Profundicemos en el escenario clásico de un agresor pre-flop y examinemos cómo nuestra posición, y la de un tercer jugador, puede influir en la trayectoria de una mano. Cuando nosotros, en el Botón, y la Ciega Grande somos los únicos jugadores que igualamos una subida pre-flop de alguien en posición media, es tentador considerar ventajosa nuestra posición frente a los dos jugadores restantes. Pero, ¿qué suele ocurrir a continuación cuando llega el Flop en una situación tan común?
El juego de rol de la apuesta de continuación…
En el póquer online, especialmente en las apuestas más bajas, los jugadores suelen ceder la palabra al agresor pre-flop para que persista en su papel. Parece casi obligatorio que el que iguala pase y que el agresor pre-flop haga otra apuesta para mantener el impulso y el control. En consecuencia, la BB, que actúa primero, suele pasar, y tras la casi predecible apuesta de continuación, somos los siguientes en actuar. A primera vista, tener posición sobre ambos jugadores parece concedernos una ventaja explotable. Sin embargo, ¡la realidad puede colocarnos en una situación potencialmente delicada! Después de que el agresor apueste, actuamos a continuación. Sin embargo, en esta coyuntura, es la BB, y no nosotros, quien tiene ventaja posicional en esta ronda de apuestas post-flop. Además, estamos atrapados entre el jugador, que puede tener una mano fuerte que ha estado representando desde el principio, y la BB, que creyó oportuno igualar la subida original. Así, la BB, aunque inicialmente se encontraba en la posición menos ventajosa, ahora ejerce el poder al concluir la apuesta, armada con información sobre el compromiso demostrado por su oponente. En el Botón, nos quedamos un poco a oscuras sobre la fuerza de la mano del que subió antes del flop y la intención del BB. ¿Estaban pasando automáticamente un flop fallido, o estaban sentados sobre una mano fuerte, permitiendo que su vecino aumentara el bote por ellos? En conclusión, aunque técnicamente tengamos posición, nos encontramos tomando decisiones sin una visión completa, irónicamente atrapados en el medio.